El primer arma de mano de un revolucionario fue el panfleto. En las épocas que no existía internet, los blogs, el facebook o el twiter . Ya en 1810 nuestros Padres de la Patria usaban el panfleto para difundir las ideas libertarias.
Al panfleto, le seguía, ya más elaborado, una revista o diario del partido o agrupación. El panfleto, se imprimía con una maquinita (que ya debe ser objeto de museo) llamada mimeógrafo. Primero se tipiaba la matriz o esténcil, una suerte de papel encerado donde se perforaban las letras con una máquina de escribir (otro objeto de museo) . Se le ponía un carbónico al reves, para poder leer lo que se escribía. Y los errores se tapaban con un líquido corrector rojo. Los comunes funcionaban a manija y luego vinieron los eléctricos. Era un trabajo bastante sucio que dejaba rastros por todos lados.
En Pergamino teníamos a “Gutemberg”, el sordo Banfi, era un tipo de izquierda que tenía una pequeña imprenta. Íbamos de noche a lo del “sordo” con nuestros esténcils a imprimir. Vivíamos esa sensación de conspiración, en todo el proceso, ir a lo del sordo de noche, y después quemar todo el desperdicio para no dejar rastro, como él cuidadosamente nos enseñaba.
Mi amigo Mario Colonna le gusta repetir una frase : “En los 70 una “orga”, era, un grupo de 5 amigos, un fierro y un mimeógrafo…”
Recuerdo que el primer panfleto que escribí, fue para denunciar el asesinato del estudiante uruguayo Heber Nieto (no sé porque siempre me quedo ese nombre) . Fue en 1971 yo tenía 16 años, Heber 17 y lo mató en Montevideo un francotirador de un escuadrón de la muerte. Costa Gavraz inmortalizo su martirio en una escena de la película “Estado de Sitio”.
Al panfleto, le seguía, ya más elaborado, una revista o diario del partido o agrupación. El panfleto, se imprimía con una maquinita (que ya debe ser objeto de museo) llamada mimeógrafo. Primero se tipiaba la matriz o esténcil, una suerte de papel encerado donde se perforaban las letras con una máquina de escribir (otro objeto de museo) . Se le ponía un carbónico al reves, para poder leer lo que se escribía. Y los errores se tapaban con un líquido corrector rojo. Los comunes funcionaban a manija y luego vinieron los eléctricos. Era un trabajo bastante sucio que dejaba rastros por todos lados.
En Pergamino teníamos a “Gutemberg”, el sordo Banfi, era un tipo de izquierda que tenía una pequeña imprenta. Íbamos de noche a lo del “sordo” con nuestros esténcils a imprimir. Vivíamos esa sensación de conspiración, en todo el proceso, ir a lo del sordo de noche, y después quemar todo el desperdicio para no dejar rastro, como él cuidadosamente nos enseñaba.
Mi amigo Mario Colonna le gusta repetir una frase : “En los 70 una “orga”, era, un grupo de 5 amigos, un fierro y un mimeógrafo…”
Recuerdo que el primer panfleto que escribí, fue para denunciar el asesinato del estudiante uruguayo Heber Nieto (no sé porque siempre me quedo ese nombre) . Fue en 1971 yo tenía 16 años, Heber 17 y lo mató en Montevideo un francotirador de un escuadrón de la muerte. Costa Gavraz inmortalizo su martirio en una escena de la película “Estado de Sitio”.
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