viernes, 16 de septiembre de 2011

Papa cuentame otra vez. Introduccion

Papa cuéntame otra vez
Introduccion

Descubrí esa canción por mis hijas, y cada tanto me la regalan porque saben que me emociono al escuchar a Ismael Serrano.
Y cada vez que la escucho me dan ganas de escribir sobre “ese cuento tan bonito”, y, aquí estoy, iniciando una zaga de pequeñas historias, propias y ajenas que me contaron.
Leon Trotsky escribió que “para un revolucionario, la revolución es su patria en el tiempo” ; y ese, es una sentimiento muy común, que tenemos los ahora llamados “setentistas” ; es como si nada mas importante nos ha pasado en la vida, que lo de aquellos cortos y vertiginosos años.
Como bien dice la canción esta historia tiene dos partes, una, la del “cuento tan bonito” de “aquel mayo francés en los días de vino y rosas”, y la otra de “fue muy dura la derrota”, “y bajo los adoquines no había arena de playa”.

Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.

Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.

Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,
y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
y como desde aquel día todo parece más feo.

Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.

Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.

Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,
sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.

Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.

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