A las 10 me pare en Rivadavia frente a la explanada, junto a la gente del pueblo, a esperar la salida del cortejo funebre. Guarecido bajo un pinito, hicimos el aguante a la lluvia que era fuerte de a ratos y no podia evitar recordar, esa misma sensacion, que senti durante la espera en el velorio del General hace 36 años.
Compre 5 rosas y las comparti con mis ocasionales compañeros; tirarlas sobre el coche era un respetuoso homenaje.
Cerca de las 13 salio el cortejo y alli si, senti que despedìa al Jefe y Compañero, y por primera vez en estos dias me quebre y llore, solo, al lado de muchos otros que tambien lloraban.
Un grupo de 4 chicos que nopasaban los 16 años, se abrazaron entre ellos en una forma de scrum, no se si para ocultar o compartir el llanto.
Cuando el asfalto quedo casi vacio, veo caminar hacia mi a Guillermo, mi viejo y querido compañero de militancia en la JP del 70, que hace mucho tiempo no veia, y entonces ambos dijimos...nada es por casualidad en la vida...
De regreso caminando pensaba en los que luchan, y en el tiempo de darse para llorar a los que se van.
Soy un miltante, un soldado de una causa justa que para mi, es el peronismo. Me inicie en la JP alla en los 70, cuando las utopias eran bellas, y la vida se proponia muy corta. Para 30 mil, la vida fue muy breve. Los sobrevivientes aqui estamos, añorando el tiempo que paso. Y disfrutando de las nuevas flores que van floreciendo.
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